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24 mar 2010

Congreso de Tucumán (24 MARZO 1816 )

El Congreso fue convocado cuando la Santa Alianza promovía en Europa la restauración monárquica y combatía los movimientos liberales y democráticos. Comenzó en Tucumán, una ciudad del interior, por el creciente disgusto de los pueblos frente a Buenos Aires. Desde la supresión de la Junta Grande por el Primer Triunvirato en 1811 hasta el Directorio de Alvear, la conducción porteña había impuesto sus criterios centralistas, desconociendo las tendencias confederales de la mayoría de esos pueblos. Las provincias fueron convocadas para reunirse en Tucumán y enviaron sus diputados. Estuvieron incluidas algunas del Alto Perú, por entonces en manos realistas, pero se excluyeron Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y la Banda Oriental, por diferencias políticas. Entre los congresistas, predominaba el sentimiento antiporteño. Las sesiones comenzaron el 24 de marzo de 1816, con Alvarez Thomas como Director Supremo, en la casa de doña Francisca Bazán de Laguna y fueron anunciadas por una salva de 21 cañones. Pero pronto Alvarez Thomas renunció y el 16 de abril fue reemplazado por González Balcarce, quien también renunció. El 3 de mayo, Juan Martín de Pueyrredón, del grupo porteño, fue elegido Director Supremo, con el objetivo de pacificar y unir a todo el territorio.
Los diputados Esteban Agustín Gazcón, Teodoro Sánchez de Bustamante y José Mariano Serrano presentaron un plan aceptado por todos y cuyos puntos fundamentales fueron:
  • Comunicarse con todas las provincias para insistir en la necesidad de unión y así enfrentar al enemigo externo.
  • Declarar la Independencia.
  • Discutir la forma de gobierno más conveniente para las Provincias Unidas.
  • Elaborar un proyecto de Constitución.
  • Preparar un plan para apoyar y sostener la guerra en defensa propia, proveyendo de armamentos a los ejércitos patriotas.
9 de julio: Declaración de la Independencia
Tras una serie de medidas y después de arduas discusiones acerca de la forma de gobierno, el 9 de julio de 1816, a pedido del diputado jujeño Teodoro Sánchez de Bustamante, se discutió el proyecto de Declaración de la Independencia. Después de tres meses y medio de sesiones, el Congreso proclamó este día la existencia de una nueva nación libre e independiente de España u otras naciones: las "Provincias Unidas de Sud América". El diputado sanjuanino Francisco Narciso de Laprida preguntó: "¿Queréis que las Provincias de la Unión sean una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?". Todos los diputados contestaron afirmativamente. De inmediato, se labró el "Acta de la Emancipación".


(...) como reconoce el mismo Mitre -no siempre condescendiente con el Congreso-, los diputados eran los hombres más representativos de sus respectivas provincias, valiendo este juicio tanto en relación con su capacidad intelectual como con su prudencia política (...) Es justo decir que el Congreso de Tucumán ha sido la asamblea más nacional, más argentina y más representativa que haya existido jamás en nuestra historia (...) Los cimientos del nuevo Estado crujían y se hacía evidente a los congresales la necesidad de consolidarlos declarando la independencia antes de que todo desapareciera entre la anarquía interna y la represión española (...) Tres grupos bien definidos supieron convivir: los diputados centralistas (parte de los de Buenos Aires, los de Cuyo y algunos de las provincias interiores); los localistas (encabezados por los cordobeses y seguidos por otros provincianos y algunos porteños), y los diputados altoperuanos, con pretensiones muy definidas y que procuraban un régimen que aunque centralizado estuviera libre de la influencia de Buenos Aires (...). (Fuente: "Historia de los argentinos" Tomo I; Carlos Alberto Floria y César A. García Belsunce; Laroussse; 1993;  pp. 386-387)
(...) como reconoce el mismo Mitre -no siempre condescendiente con el Congreso-, los diputados eran los hombres más representativos de sus respectivas provincias, valiendo este juicio tanto en relación con su capacidad intelectual como con su prudencia política (...) Es justo decir que el Congreso de Tucumán ha sido la asamblea más nacional, más argentina y más representativa que haya existido jamás en nuestra historia (...) Los cimientos del nuevo Estado crujían y se hacía evidente a los congresales la necesidad de consolidarlos declarando la independencia antes de que todo desapareciera entre la anarquía interna y la represión española (...) Tres grupos bien definidos supieron convivir: los diputados centralistas (parte de los de Buenos Aires, los de Cuyo y algunos de las provincias interiores); los localistas (encabezados por los cordobeses y seguidos por otros provincianos y algunos porteños), y los diputados altoperuanos, con pretensiones muy definidas y que procuraban un régimen que aunque centralizado estuviera libre de la influencia de Buenos Aires (...). (Fuente: "Historia de los argentinos" Tomo I; Carlos Alberto Floria y César A. García Belsunce; Laroussse; 1993;  pp. 386-387)


(...) como reconoce el mismo Mitre -no siempre condescendiente con el Congreso-, los diputados eran los hombres más representativos de sus respectivas provincias, valiendo este juicio tanto en relación con su capacidad intelectual como con su prudencia política (...) Es justo decir que el Congreso de Tucumán ha sido la asamblea más nacional, más argentina y más representativa que haya existido jamás en nuestra historia (...) Los cimientos del nuevo Estado crujían y se hacía evidente a los congresales la necesidad de consolidarlos declarando la independencia antes de que todo desapareciera entre la anarquía interna y la represión española (...) Tres grupos bien definidos supieron convivir: los diputados centralistas (parte de los de Buenos Aires, los de Cuyo y algunos de las provincias interiores); los localistas (encabezados por los cordobeses y seguidos por otros provincianos y algunos porteños), y los diputados altoperuanos, con pretensiones muy definidas y que procuraban un régimen que aunque centralizado estuviera libre de la influencia de Buenos Aires (...). (Fuente: "Historia de los argentinos" Tomo I; Carlos Alberto Floria y César A. García Belsunce; Laroussse; 1993;  pp. 386-387) 

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